En la industria alimentaria, especialmente en la fabricación de aceites vegetales como el aceite de sésamo, la eficiencia energética y la sostenibilidad ya no son opciones opcionales: son requisitos estratégicos para mantener la competitividad global. La línea completa automatizada de producción de aceite de sésamo de Qingpeng Group demuestra cómo un diseño ecológico bien ejecutado puede reducir costos operativos hasta un 28% y aumentar la pureza del producto en más del 15%.
La innovación radica en el sistema integral de procesamiento que va desde la limpieza inicial hasta el llenado automático. En lugar de métodos tradicionales abiertos, esta línea utiliza una configuración completamente sellada que minimiza la exposición al aire, reduciendo la oxidación y la pérdida de nutrientes. Según pruebas internas realizadas por Qingpeng Group, el sistema cerrado reduce la contaminación microbiana en un 92% comparado con procesos manuales o semi-automatizados.
| Etapa del proceso | Eficiencia energética (%) | Reducción de residuos (%) |
|---|---|---|
| Limpieza y secado | +18% | -12% |
| Extracción (prensado) | +25% | -17% |
| Filtración y empaque | +15% | -10% |
El control automático integrado —basado en sensores IoT y software de gestión de producción— permite una operación continua sin interrupciones. Esto no solo mejora la estabilidad del rendimiento, sino que también reduce el tiempo muerto en un promedio de 3.2 horas diarias en plantas de mediano tamaño. Para empresas que producen más de 5 toneladas/día, eso equivale a un ahorro adicional de $800 USD/mes en mano de obra y energía.
Un cliente en México implementó esta línea en su fábrica de aceite de sésamo orgánico. Tras seis meses de operación, reportó un aumento del 22% en la capacidad de producción y una disminución del 31% en el consumo de agua gracias al reciclaje en circuito cerrado. Además, los clientes europeos comenzaron a exigir certificaciones ISO 22000 y HACCP, que ahora pueden cumplir fácilmente con este sistema.
Este tipo de solución técnica no solo responde a las tendencias globales hacia la sostenibilidad, sino que también prepara a las empresas para futuras regulaciones ambientales más estrictas, como las propuestas por la Unión Europea en su "Green Deal".